China y la prohibición de criptomonedas, ¿una clara declaración por la imposición del Yuan digital?
China prohíbe a las instituciones financieras y empresas de pagos que presten servicios relacionados con las transacciones de criptomonedas y advierten que este tipo de monedas virtuales “no están respaldadas por un valor real”. El comunicado emitido por la Asociación de Finanzas por Internet de China, la Asociación Bancaria y la Asociación de Pagos y Compensaciones del país asiático, ha sentenciado que los precios de esta “divisa” son fácilmente manipulables y los contratos de comercio no están protegidos por la ley del país asiático.
Toda una declaración de intenciones tomando en cuenta que las autoridades chinas no han prohibido ni impedido que los particulares tengan en su haber criptodivisas. Pues, si hacemos un poco de memoria, el gobierno del gigante asiático lleva años apostando precisamente por la digitalización de su moneda para hacerle frente al dólar, dejar de ser controlado por los Estados Unidos pero sí tener poder sobre su propia población; para muestra, lo logrado durante años recientes desde la aparición de Alipay y WeChat que han revolucionado el sistema financiero de ese país incluso con los mendigos de la calle, a quienes se puede ver con códigos QR colgados a su pecho para ser escaneados y así, lograr depositarles una limosna.
Una de las teorías de esta reciente declaración podría significar una clara cacería de brujas contra las criptomonedas occidentales, una amenaza que el Banco Central de China, claro representante del gobierno, no desea tener tan cerca ni tan a la mano de su población, pues perdería el control de ésta y el rastro de cómo, cuándo y en qué gastan sus habitantes, facilitar apoyos financieros a víctimas de desastres o detectar cualquier tipo de actividad delictiva.
Si a esto le sumamos la preocupante alarma que despertó la intención de Facebook a mediados de 2019 de crear su propia criptomoneda y ponerla en circulación a un nivel mundial a través de sus usuarios en todo el planeta y cambiar para siempre el dinero como lo conocemos, no es de extrañar entonces la firme decisión de ir en contra de las criptodivisas en cualquiera de los modelos que otros países, compañías o entidades ajenas a su gobierno pretendan implementar.
Lo cierto es que ningún gobierno quiere quedarse atrás en la carrera por un futuro que parece inminentemente estar encaminado hacia la digitalización de sus respectivas monedas; países como Reino Unidos, Suiza, Japón y por supuesto, Estados Unidos, ya se encuentran trabajando en ello, por lo que cualquier camino que pueda implicar una ventaja a su eterno rival, China, será seguido de cerca para evitar cederle poder a un gigante que constantemente da grandes pasos para convertirse en el líder de la economía mundial con el Yuan digital como moneda suprema. ¿Lo lograrán?